Mirada (y carrera) perdida.
Ajeno a los turistas cinéfilos que fotografían el rascacielos de King Kong o el huracanado respiradero del metro de Marilyn Monroe, Jonah Hill se sienta en un banco bajo el faro de Roosevelt Island. Este estrecho y anodino islote no tendrá la fama ni el atractivo cinematográfico de Manhattan, pero está más que acostumbrada a los rodajes. Sin ir más lejos, su teleférico jugó un papel clave en el ‘Spider-Man’ de Sam Raimi. Pero esto, a Hill, parece importarle más bien poco, a juzgar por su mirada perdida, que delata una auténtica marea de pensamientos. El actor rueda una de las primeras escenas de ‘Maniac’, serie con la que Cary Joji Fukunaga intentará repetir el éxito de la primera temporada de ‘True Detective’ y, sobre todo, quitarse de encima el mal sabor que dejó su brusca salida de la adaptación al cine de la novela de Stephen King ‘It’, así como del poco calado entre el público que tuvo su último show, ‘The Alienist’.
Fukunaga ha encontrado en Netflix su nuevo compañero de viaje. O reencontrado, puesto que ya rodó para ellos ‘Beasts of no nation’ (2015), desgarradora cinta que protagonizó Idris Elba. En esta ocasión, se encarga de los diez episodios de la nueva apuesta de la compañía californiana para esta temporada, así como el regreso a la televisión de Emma Stone más de diez años después de su último papel regular en una serie.
“Plataformas como Netflix han hecho posible encontrar un público fiel y más amplio. No se qué pasará en la próxima década, pero, ahora mismo, el consumo de cine y televisión es más atractivo porque pequeños dramas de bajo presupuesto, que suelen asustar a las grandes cadenas, pueden encontrar un nuevo hogar”, dice el director.
El origen de la locura.
El germen de ‘Maniac’ procede de Håkon Bast Mossige, creador de la serie del mismo título que se emitió en 2014 en Noruega. Su protagonista, Owen (el rol de Hill), es un hombre que, aburrido de su vida, se convierte en héroe de sus propias e imaginarias fantasías. Los dos proyectos comparten la misma idea, pero el guionista, Patrick Somerville, advierte que las semejanzas acaban ahí. “La serie original nos sirvió de punto de partida, pero nuestros personajes son diferentes, así que la historia tenía que cambiar para reflejar eso y añadir algunas sorpresas”.
Si Somerville sabe de algo, es de giros sorprendentes, ya que suyos son los de ‘The Leftovers’ (HBO), de cuyo reparto ha fichado a Justin Theroux para ‘Maniac’. En este caso, Somerville ha contado con ayuda. “Lo primero que hice fue aislarme de todo. Escribí los tres primeros episodios del tirón. Fukunaga es también un buen guionista, así que el proceso fue muy colaborativo, e introdujimos varios temas que a los dos nos apetecía abordar”.
Alucinación domada.
Fukunaga asume pleno control de la serie y dirige todos los episodios, como ya hizo en ‘True Detective’. En nuestra visita, le encontramos encaramado tras la cámara buscando el mejor lado de... un grano de maíz. “Me encontráis rodando el plano más apasionante de la serie”, nos dice con sorna.
El director luce su pelo trenzado y un aspecto más propio del profesional de snowboard que siempre quiso ser que del cineasta de culto en el que se ha convertido. “Lo que más me interesó de ‘Maniac’ era plantearnos qué es cierto y qué no. Nuestra intención no es dar al espectador una realidad estable que pueda reconocer, tanto si los personajes están alucinando como si no. Quien la vea va a sentir el mismo desconcierto que ellos”, avanza.
Una visita inesperada.
Cuando Hill sale por fin de su trance, nos cuenta que le acabamos de ver en una de las pocas ocasiones en las que su personaje “demuestra cierto estado de serenidad. Owen, el hombre al que interpreto, tiene una vida interior muy activa; la realidad le desorienta, y busca refugio en su cabeza. Esto le une a Annie”.
Emma Stone, en plena resaca por el Oscar de La ciudad de las estrellas (‘La La Land’ (2016), es su cómplice dentro y fuera de la pantalla.
Nuestra visita concluye en los estudios Silvercup de Queens, donde los dos se someten a un experimento de una empresa farmacéutica japonesa. Allí, conocemos algunos de los secretos de la serie de la mano de Alex DiGerlando, director de producción y colaborador habitual de Fukunaga.
Aunque nada que explique cómo se conocen los personajes de Hill y Stone, ni las claves de los que interpretan Theroux, Sally Field o Gabriel Byrne, actores de lustre que completan el cast; tampoco si se contempla una segunda temporada. Nos cuenta que la acción transcurre “en un futuro imaginado por una persona de los años 80. Por ejemplo, internet no existe, y la tecnología se decantó por una senda más analógica que digital”. Deambulando por el plató, damos con los cubículos donde descansan los conejillos de Indias de este experimento. “Todo es real”, dice DiGerlando. “No es extraño encontrar a alguien tumbado dentro, durmiendo, en un descanso. Incluido el director”. ¿Quizás soñando con nuevas y locas tramas?