La revolución ha llegado a Gilead, y esta vez va en serio. La tercera temporada deEl cuento de la criada ha dado comienzo con un triple episodio que confirma que la serie ha tomado una dirección muy diferente, donde la rabia femenina se ha convertido en un movimiento organizado que atenta contra la integridad del estado represor creado en territorio norteamericano a raíz de la caída drástica de la natalidad, y donde las mujeres más fértiles son violadas de forma sistemática para proveer nuevos niños a este nuevo mundo. El show de HBO se convirtió en un éxito inmediato en el año en que Donald J. Trump se coronaba como presidente de los Estados Unidos y el movimiento #MeToo empezaba a alzar el vuelo. La historia escrita por Margaret Atwood es ya un icono, con sus túnicas rojas y cofias blancas y su ‘nolite te bastardes carborundorum’ (no dejes que los cabrones te hagan polvo), y por todo ello se le presenta el reto más complicado de todos: mantener el nivel. Y hacerlo sin el apoyo de la novela y la creciente oferta seriéfila.

No es un reto fácil de asumir, pero el inicio de esta nueva temporada aporta buenas vibraciones a sus posibilidades de superarlo. Recordemos un poco dónde nos encontramos en este momento: tras un convulso embarazo, June (Elisabeth Moss) dio a luz a una niña que acaba huyendo en los brazos de Emily (Alexis Bledel), con la ayuda de un nuevo aliado -más o menos- en la historia, el Comandante Lawrence (Bradley Whitford), y una red de Marthas revolucionarias que ayudan a traspasar mensajes al exterior. Por su parte, Serena Waterford (Yvonne Strahovski) ha sucumbido más y más en una crisis de ideales, especialmente después de perder un dedo de la mano por atreverse a reclamar que las mujeres pudieran aprender leer las escrituras sagradas por sí mismas. La connivencia de su marido, Fred Waterford (Joseph Fiennes), con este castigo ha dejado el matrimonio hecho añicos, y motivó que Serena dejase escapar a su criada con un bebé que ya sentía como suyo propio.

En líneas generales, así están las cosas cuando volvemos a ver a June interceptar el coche de Lawrence, que había llevado a Emily hasta allí después de tirar a tía Lydia (Ann Dowd) por las escaleras. Le pide que la lleve a casa de los McKenzie, donde está su primera hija -la que tuvo con Luke- y entendemos un poco mejor su impactante decisión de la última temporada (y que Moss nos aseguraba en una entrevista para FOTOGRAMAS que había sido idea suya). No puede irse sin ella, no puede dejarla allí tirada en un mundo que la convertirá en un florero. Después de verla durmiendo en su cama, es atrapada por los guardias que andan buscándola y vuelve a casa, donde Nick (Max Minghella) está reteniendo a su jefe. Cuando la situación vuelva a la “normalidad”, el Comandante no tomará represalias contra nadie, por miedo a que su esposa se vea involucrada, y dirá que Emily robó al bebé.

‘El cuento de la criada 3’
HBO

Pero Emily ya está lo suficientemente lejos para que no le importe: en una de las escenas más tensas de estos primeros episodios, la mujer cruza un río con la criatura en brazos, nos asusta por un momento al pensar que se ha ahogado -momento de infarto- y nos hace saltar de alegría cuando un policía le informa de que está en suelo canadiense. Lo ha logrado. Allí la veremos de forma intermitente, sometiéndose a chequeos médicos (e incluida una mención a la reconstrucción de su clítoris, cercenado por Gilead) y conociendo a Luke y Moira (Samira Wiley), que tendrán sentimientos encontrados con su presencia. Para ella, el objetivo es reunir el valor suficiente para descolgar el teléfono y llamar a su esposa, de la que hace años que la separaron (en la escena del aeropuerto, cuando las fuerzas de seguridad la obligan a quedarse). Sus apariciones, igual que las de los que viven tranquilamente en Canadá, serán escasas, en favor de lo que está ocurriendo al otro lado de la frontera.

De vuelta allí, presenciamos una escena muy significativa para lo que representa esta tercera temporada: la casa de los Waterford quemándose hasta los cimientos. Pero no es sólo un edificio lo que se está quemando, sino ante todo la historia de ‘El cuento de la criada’ hasta este momento. Serena prende fuego a la cama de matrimonio donde tenían lugar las violaciones mensuales, y en imágenes más en detalle vemos cómo se calcina el Scrabble que June utilizaba para confraternizar con el comandante, sus papeles sobre la mesa, los libros de las estanterías, la cocina donde las Marthas trabajaban… Todo, reducido a cenizas. Porque lo que veremos en esta nueva tanda de capítulos, como hemos comprobado, será muy diferente. Toda esa etapa de sufrir los abusos del estado de forma pasiva ha acabado, y ahora empieza una revolución. Eso es lo que nos dice la destrucción de esa casa tan simbólica para el pasado reciente de la serie de HBO. La voz en off vuelve en este momento para hablarnos de venganzas bíblicas, y un último mensaje -“Arde, hijo de puta, arde”- mientras suena ‘I don’t like Mondays’ de The Boomtown Rats.

A partir del segundo episodio, titulado ‘El coraje de dos madres’, empezarán dos procesos paralelos muy importantes: el despertar de Serena Joy y la organización de la Resistencia. Del primero alcanzaremos a ver cómo la mujer se ha separado momentáneamente de su marido e instalado en casa de su madre, que la intenta convencer de que vuelva con él. “No tienes ningún lugar en este mundo si no es con Fred”, le espeta, con los pies en la tierra. Tiene razón: en Gilead jamás será nadie si no es del brazo de un hombre. Demonios, si le han cortado un dedo por querer cambiar una simple norma. Se encuentra en un momento de confusión total, en el que sus creencias se han ido al traste y June se ha convertido inesperadamente en un apoyo emocional, y también en una removedora de conciencia. Le pide que ayude a las mujeres que están intentando enfrentarse al sistema. Al final del tercer episodio, la veremos adentrarse en el mar, como decidida a suicidarse, pero se dará la vuelta con una expresión decidida. ¿Ha ganado la revolución una aliada poderosa o quizás todo lo contrario?

‘El cuento de la criada 3’
HBO

Por otra parte, conocemos más detalles de la Resistencia, un movimiento que hace tiempo que se mueve entre las sombras del sistema gracias a las Marthas. Es un giro muy interesante e inteligente para la nueva temporada: hasta ahora sólo habíamos visto el mundo de las criadas, controladas cada minuto del día en espacios limitados, pero ahora conoceremos cómo opera esta organización revolucionaria que, al parecer, tiene una base en el exterior. El gobierno del país ha escondido su existencia por miedo al contagio, pero existe, y está ganando poder. June se ha convertido en la criada del Comandante Lawrence, que sin duda metió mano para tenerla cerca y… ¿Protegerla? Este personaje, que se reveló en la anterior temporada como una de las grandes mentes detrás de la creación del sistema que rige Gilead, es el más intrigante de esta temporada. ¿Deberíamos considerarle aliado o desconfiar de sus intenciones?

Sabemos que ayudó a Emily a escapar porque, dice, reconoció una gran inteligencia en ella, una que no debía desperdiciarse. Pero eso no quiere decir que no sea un completo misógino, aunque, como le espeta June en la cara, uno con un sentimiento de culpabilidad enorme por lo que está ocurriendo. En una acalorada discusión entre ambos, descubrimos que no es un personaje tan noble como podríamos haber pensado, que su ayuda a la Resistencia dependerá de cómo afecte a sus privilegios y que quizás sólo toma partido para poder dormir tranquilo por las noches. O quizás por su mujer, completamente trastocada por esta época amarga que les ha tocado vivir. Lawrence provoca a su criada constantemente, incluso juguetea con ella delante de todos los demás comandantes, obligándola a servir las bebidas y alcanzarle ‘El origen del hombre’ de Charles Darwin de la estantería. Simples provocaciones que nos regalan una de esas miradas de odio de Moss que incendian la pantalla.

Tras uno de esos encontronazos, el comandante marca el punto de inflexión para su relación, e incluso para la misma June. La va a obligar a decidir si quiere ser la que limpia la sangre de la pared o la que toma decisiones que importan. Y no es fácil. Le informa de que cientos de personas van a ser enviados a morir a las Colonias, pero que ha logrado salvar la vida de cinco de ellos. Sólo hay que elegirlos en base a sus fichas, y reta a la mujer a que lo haga. Ella se niega al principio, horrorizada ante ese dilema moral -¿elegir a unos cuantos y condenar a los demás o dejarles morir a todos?-, pero acaba entendiéndolo como una decisión inevitable. Le entrega las fichas a la mañana siguiente, ante la mirada atónita del hombre -¿se está ganando ya su respeto?- y corre a contarle a una de las Marthas que tienen a cinco nuevos miembros para la Resistencia: una periodista, una abogada, una ladrona, una ingeniera y una informática.

En la última escena de estos primeros tres episodios, que apuntan en muy buenas direcciones para el desarrollo de la historia, escuchamos cómo June le habla a su madre desde la distancia, y nos sirve como declaración de intenciones para una temporada que va a incendiar Gilead:

“Tú querías una cultura de mujeres. Pues ya la tenemos. No es la que tú decías, pero existe. Y esto es lo que hacemos. Los vigilamos, a los hombres. Los estudiamos. Los alimentamos. Los complacemos. Podemos hacer que se sientan fuertes o débiles. Así de bien los conocemos. Sabemos cuáles son sus peores pesadillas, y con un poco de práctica, en eso nos convertiremos: en pesadillas. Un día, cuando estemos listas, iremos a por vosotros. Esperad y veréis”.
preview for 'El cuento de la criada' - Teaser tráiler tercera temporada
Headshot of Mireia Mullor

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.

En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.

Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.