El primer capítulo de ‘Falcon y Soldado de invierno’ tuvo su propio Baby Yoda, solo que ahí, en lugar de encontrarnos por sorpresa con la presentación de un adorable personaje, nos apareció un nuevo Capitán América que nos dio la misma mala espina que a Bucky y Sam. Tras la sorpresa de este personaje principal, el segundo capítulo se ha dedicado en gran parte a presentarlo. Como ya dijimos a raíz de la información de los cómics, se trata de John Walker, un soldado extraordinario cuyas intenciones son, digamos de primeras, buenas.

Sin embargo, como ya dejó muy claro el verdadero Capitán América en ‘Civil War’, la única manera de ser justos es no servir a ningún interés más que al bien común, es ser libres e independientes. Bucky y Sam lo saben, y por eso se mantienen como un ente aparte del Gobierno. John Walker, pese a sus nobles intenciones, forma parte de un gobierno que siempre mirará por sus propios intereses. Eso, tarde o temprano, será malo.

falcon y soldado de invierno, flag smasher, sin banderas
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Decíamos sobre el primer episodio de la nueva serie de Disney + que era evidente que iba a tratar con más detalle el tejido social del mundo marvelita tras el chasquido. ‘Falcon y el Soldado de invierno’ no es solo una serie sobre dos héroes que luchan contra unos terroristas (oh sorpresa) de Europa del Este, sino un retrato de un mundo donde todos son buenos y malos. Los Sin Banderas (Flag Smashers) parecen supersolados terroristas, pero tienen a gran parte del pueblo de territorios desfavorecidos de su parte, son soldados entregados a un ideal, a una causa, capaces de sacrificarse por lo que ellos creen que es el bien común.

Un mundo, un pueblo

Son, de nuevo y cumpliendo un tópico de los antagonistas de los superhéroes, una especie de anarcoterroristas. Pero está por ver si este mundo se lo merece. Por algo les llaman algunos Robin Hoods. De la boca de Sam y Bucky oímos que hay cientos de campos de desplazados por todo el mundo; de la de ellos que los gobiernos se preocupan más por los que volvieron que por los que se quedaron, personas que ya saben cómo es vivir el fin del mundo. Es un escenario en donde lo más humano es estallar, otra cosa es que sean las formas correctas. Pero no ahondaremos en cómo este grupo se ha convertido en Supersoldados ni en que o quién es el Agente del Poder porque no ganamos nada adelantándonos a la propia serie más que ahorrarnos sorpresas y cometer errores. Han sucedido cosas mucho más importantes en este episodio.

Todas, por supuesto, están relacionadas con Isaiah Bradley, el Supersoldado secreto del que solo Bucky conoce su existencia. Tras una conversación de Sam con un niño tras llamarle Black Falcon y antes de que la policía casi detenga a Sam en la calle de malas maneras, pidiendo refuerzos, por no hacer nada más que estar parado discutiendo con, ejem, un blanco, llega el gran momento antirracista de la serie.

isaiah bradley falcon y el soldado de invierno
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Como Steve, el nuevo Capitán América es rubio y de ojos azules y, aunque su compañero, Lemar Hoskins (Estrella de combate), sí es afroamericano, no cabe duda de que se trata de una elección continuista. Pero es que la serie nos llega a decir en este episodio que hubo otro Capitán América, durante décadas, uno que siempre se mantuvo en secreto y al que incluso encerraron. En los años 30 Capitán América no podía ser negro, pero es que John Walker parece recordarnos que ahora tampoco. Como mucho Estrella de combate…

Aunque está por ver como afrontan la existencia del personaje en el MCU, en los cómics Isaiah Bradley es el primer Capitán América, el primer superviviente de las pruebas del suero que convirtió a Steve Rogers en un superhombre y que, lógicamente, tuvo como sujetos de indias a cientos de soldados afroamericanos a los que asesinaron los experimentos. Así, Bradley fue algo así como el supersoldado secreto de EEUU, como lo fue Bucky de Hydra, el superhombre en la sombra. Como a Bucky, Estados Unidos no trató nada bien a Bradley, un héroe nacional mantenido en secreto e incluso preso y fuente de continuos experimentos contra su voluntad salvo cuando era útil.

Pese al intento de acercamiento del nuevo Capitán América y Estrella de Combate a Falcon y Soldado de Invierno sobre colaborar juntos, Sam y Bucky le repiten que ellos tienen que ir por libre. Una enseñanza de Rogers que este nuevo portador del escudo podría no aprender nunca. La historia de Bradley no solo es cruel e injusta, con evidentes ecos en el presente marcados por la escena de los policías con Sam, sino que demuestra que el propio Gobierno de Estados Unidos no es ni ha sido nunca mejor que Hydra, y por supuesto no es mejor que los Sin Bandera.

john walker disparando en falcon y el soldado de invierno
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Así de complejo es el panorama de malos y buenos de ‘Falcon y el Soldado de invierno’, una obra de superhéroes con una singular abundancia de grises morales que promete hacerla verdaderamente interesante para el género. Ahora que ambos protagonistas se dirigen nada más y nada menos que a visitar a Zemo (Daniel Brühl) a la cárcel, todo apunta a que elegir bando, más allá de Sam y Bucky, va a ser cada vez más deliciosamente difícil en la nueva serie de Marvel.

Headshot of Rafael Sánchez Casademont

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática. Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes. Tras 8 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino.  Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación.  Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.