- 'El cuento de la criada' pone fin a su temporada 4 con una violenta escena para el recuerdo y muchas preguntas aún por contestar.
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En el episodio final de la cuarta temporada de 'El cuento de la criada', June Osborne se enfrenta a una decisión complicada: pasar página o buscar venganza. Aquellos que llevan siguiendo la serie desde sus inicios saben perfectamente la respuesta incluso antes que la propia protagonista, interpretada por una poderosa Elisabeth Moss. En una temporada que ha cambiado las reglas del juego en la historia, el desenlace ha sido contundente, rabioso y tremendamente sangriento. También bastante satisfactorio.
El episodio ha tenido un eje claro: la relación de maltratador y víctima entre Fred Waterford (Joseph Fiennes) y June Osborne. En la primera escena les vemos bailando en el club Jezebel a cámara lenta, una imagen (y un vestido de lentejuelas) que nos trae recuerdos de la primera temporada, y escuchamos la voz en off de la protagonista recordándose a sí misma que tiene que sonreír, que tiene que fingir que le gusta, que su vida está en juego en todo momento. Las secuelas de esta época de terror y abuso van salpicando el episodio, al mismo tiempo que entiende que nunca podrá ser la madre y esposa feliz que deja sus traumas atrás. No, al menos, si no lleva a cabo el plan vengativo que nos conducirá a uno de los momentos más sorprendentes de la serie.
Pero antes, cabe poner en valor todo lo que nos ha traído esta temporada 4: la muerte de la Resistencia, June escapando de Gilead tras vivir los bombardeos de Chicago, la llegada a Canadá y el encuentro en el juzgado con los Waterford, la complicada relación con su marido Luke (O.T. Fagbenle), el embarazo milagroso de Serena (Yvonne Strahovski), el resurgimiento del poder de la tía Lydia (Ann Dowd) y la vuelta de Janine (Madeline Brewer) al 'outfit' (pero no tareas) de criada... Y finalmente el golpe de gracia que hace tambalear el relato: la posibilidad de que Fred Waterford consiga inmunidad y quede libre gracias a la valiosa información que está proporcionando al gobierno canadiense.
Al enterarse de esta noticia, June entra en cólera. "Quizás lo que les está dando es más valioso de lo que él me quitó a mí", dice en cierto momento, en el que se debate internamente entre la aceptación o la llamada a las armas. Decide encontrarse a solas con el comandante Waterford, que elabora una especie de disculpa y una tibia declaración de arrepentimiento, al tiempo que confiesa que a veces echa de menos a Offred. Ella le sigue el juego, pero, al entrar en el coche camino a casa, nos ofrece un spoiler: "Le voy a colgar del muro".
Fiel a la esencia de líder rebelde que exhibió en sus años en Gilead, June elabora un plan: contacta con el comandante Lawrence (Bradley Whitford), quien ha conseguido bastante influencia en el estado criminal, para ofrecerle un intercambio entre Fred Waterford, al que le tienen muchas ganas porque está revelando secretos importantes, y más de una veintena de mujeres. La protagonista consigue poner al representante canadiense, Mark Tuello (Sam Jaeger), en un aprieto. ¿O es que va a decirle a la cara que la vida de Waterford vale más que la de 22 mujeres? Quizás su testimonio, su experiencia, no fuese suficiente para que dejasen ir a una fuente de información tan suculenta, pero desde luego sería un escándalo que dejasen pasar la oportunidad de tal rescate.
June ha jugado bien sus cartas. Canadá hace el intercambio. Pero aún queda una última sorpresa. Cuando es entregado a Gilead, el comandante Lawrence le da la bienvenida, pero es Nick (Max Minghella) quien se lo lleva y finalmente lo deja en mitad del bosque. Allí aparece June, y no está sola: decenas de mujeres aparecen con sus linternas como auténticas ángeles de la venganza. Para obligarle a sentir el dolor que ellas sintieron, convierten su ejecución en una persecución por los bosques, y después en una muerte a golpes. Vemos un plano cenital con las luces de las linternas perfectamente colocadas en un círculo alrededor de la matanza, tal y como se colocaban las criadas cuando tenían que apedrear a una de las suyas. Un paralelismo tremendamente simbólico para un momento violento y sangriento al ritmo de 'You don't own me'. Una catarsis absoluta y el último adiós al personaje interpretado por Fiennes. Más adelante veremos que han colgado el cuerpo en un muro, con una frase que los fans reconocerán: "Nolite te bastardes carborundorum". Es decir: "No dejes que los cabrones te hagan polvo".
¿Y Serena? La vemos descargando la aplicación de Zoom en su portátil, esperando a que Fred la llame desde Ginebra, donde tendría que haber conseguido su libertad. Pero, como sabemos, eso no sucederá. Fuera en el pasillo, un mensajero abre un sobre dirigido a ella, indudablemente empaquetado por June: dentro lleva un dedo de Fred y su anillo de compromiso. ¿Es esta su manera de decir: eres la siguiente? Probablemente. La señora Waterford fue cómplice (y también autora) de las terribles torturas que sufrió la protagonista en Gilead, y no parece que su venganza vaya a detenerse en este intenso final de temporada. Hay rabia dentro del personaje, que en esta temporada ha empezado a pisar esa línea que separa a una heroína justa de una persona consumida por sus propios demonios. Por lo que parece insinuarse en la última escena, Luke ya ha tenido suficiente. Las grietas de su relación parecen irreparables.
Muchas preguntas quedan ahora sobre la mesa. Este último episodio se ha centrado en esas dinámicas y asuntos pendientes entre el fallecido Waterford y la protagonista, pero ha dejado fuera de su narrativa a otros personajes: ¿Qué pasará con Janine ahora que ha vuelto a ser succionada por el sistema de Gilead? ¿Está rompiendo la tía Lydia sus férreas convicciones para convertirse en la llave del fin del terror? ¿Y qué hay de Esther Keyes (McKenna Grace), que parece una nueva y joven June rebelándose contra lo que intentan imponerle? ¿Es el comandante Lawrence realmente un aliado de Gilead o tiene algún plan bajo la chistera? ¿Hay redención para Nick después de todo lo que ha hecho, todas las vidas que ha quitado, en nombre de Gilead? Para responderlas, habrá que esperar a la ya confirmada quinta temporada de 'El cuento de la criada'.

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.
En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.
Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.