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Spoilers de 'Misa de medianoche' a continuación
La gente de Crockett Island realmente creía que sus desgracias ocurrían después de la inesperada llegada del padre Paul a su zona. Su preocupación por Monseñor Pruitt se desvaneció rápidamente cuando el sacerdote interino realizó un milagro genuino frente a sus ojos. Convenció a Leeza Scarborough, que había pasado gran parte de su vida en silla de ruedas después de que Joe Collie le disparara, para que no solo se pusiera de pie, sino que caminara varios metros hacia él mientras sus padres y otros feligreses observaban, estupefactos por la escena que se desarrollaba ante ellos.
Pero ese era sólo el inicio. Milagros de todos los tamaños y formas estaban apareciendo en cada rincón de la comunidad. El dolor de espalda crónico de Ed Flynn ha desaparecido por completo y la madre del Dr. Gunning, Mildred, estaba envejeciendo... al revés.
La fe de la comunidad en Dios se vio reforzada por los eventos extraordinarios, que a su vez llevaron a más y más personas a asistir a misa con la esperanza de que ellos también recibirían respuesta a sus oraciones. Pero pocos sabían los horrores que les aguardaban.
El padre Paul era un pecador. Había mentido a la congregación sobre el estado de monseñor Pruitt. El sacerdote veterano de la isla no se estaba recuperando en un hospital en el continente, sino que estaba de pie frente a ellos como nada menos que... el Padre Paul. Se había metamorfoseado en su yo más joven, su cuerpo libre de la fragilidad que una vez lo había gobernado, su mente libre de la demencia que estaba comenzando a apoderarse de él, sin máscaras, sin engaños. Monseñor Pruitt había regresado de Tierra Santa, décadas más joven, para marcar el comienzo de un nuevo amanecer.
Durante su peregrinaje, se había alejado de su grupo de turistas y vagó, confundido, hacia el desierto, donde fue arrastrado por una violenta tormenta de arena. A través de la ráfaga, vio una ruina antigua y se dirigió al interior para refugiarse. Pero el no estaba solo.
Dentro de las sombras acechaba una criatura alada, con los ojos brillando en la penumbra. Se nos dice que fue un ángel del Señor, que posteriormente arrojó a Pruitt al suelo y le drenó la sangre de su cuerpo. Pero en lugar de dejarlo por muerto, el ángel permitió que el anciano consumiera su sangre al escucharlo recitar el Padrenuestro. Cuando se despertó, la tormenta había pasado y Pruitt era joven de nuevo, su mente y su cuerpo habían sido restaurados. Fue en ese momento que supo lo que tenía que hacer: su momento personal "Camino a Damasco". El sacerdote metió al ángel en un baúl antiguo, que envió de regreso a la isla con él.
Después de que Pruitt realizara un milagro en Leeza, su salud comenzó a flaquear. Estaba colapsando en múltiples ocasiones y experimentando un dolor abdominal insoportable. Pero la consecuencia más alarmante de consumir la sangre del ángel fue la recién descubierta aversión de Pruitt a la luz solar. Con el tiempo, descubrió que solo podía salir de su residencia cuando caía la noche o morir. Y no olvidemos su insaciable deseo de sangre, preferiblemente humana, que en ocasiones satisfacía bebiendo la suya. Bueno, normal.
Claro, era inmune a la muerte siempre que evitara las horas del día (bastante fácil), y el mundo que ahora miraba literalmente brillaba, emitiendo un resplandor que antes no conocía (genial), pero también era esencialmente un vampiro (malo). Bueno, no puedes tenerlo todo.
Y la misma suerte corrieron los residentes de Crockett que bebieron de la copa de comunión en la misa. Pruitt había estado llenando la jarra de vidrio con la sangre del ángel y, al igual que él, sus mentes y cuerpos habían comenzado a transformarse de formas previamente inimaginables.
En la misa de medianoche final, muchos de los presentes se rindieron a la última etapa del proceso: envenenarse voluntariamente, animados por el conocimiento de que eventualmente despertarían de la muerte, cortesía de la sangre del ángel.
Hacia el final de la serie, descubrimos que Pruitt había tenido una relación sentimental con Mildred y que el Dr. Gunning era su hijo biológico. Su motivación central siempre había sid Mildred, que no tardó en llegar a este mundo cuando la conocimos, y a su hija. No quería que ninguno de los dos murieran y tenía la esperanza de que pudieran vivir sus días eternos juntos como familia. Pero eso fue llevar un milagro demasiado lejos. Pruitt había orquestado un baño de sangre.
Mientras que los padres de Riley y Warren Flynn, Annie y Ed, pudieron resistir el hambre rabiosa que los asolaba, el resto sucumbió a su necesidad de sangre, y se deleitó con salvaje abandono con inocentes que aún no habían mutado cuando Crockett ardía en el suelo a su alrededor.
Sin ningún lugar donde refugiarse a medida que se acercaba un nuevo día, los isleños se prepararon para su muerte inminente. El ángel, sintiendo la salida del sol, fue visto dirigiéndose hacia el oeste en la distancia, su avance lento y esforzado siguiendo el daño infligido a sus alas por Erin Greene.
Solo Leeza y Warren permanecieron al final, contemplando la escena mientras las cenizas de sus familias, amigos y compañeros de la isla caían sobre ellos. "No puedo sentir mis piernas", dice. Todo a su alrededor en silencio excepto por el sonido del agua lamiendo suavemente el bote de remos de madera, su expresión era una concentración de emociones en conflicto, cada una luchando por la supremacía. ¿La pérdida de sus piernas nuevamente señala la muerte del ángel?
"No estamos diciendo que murió", dijo el creador Mike Flanagan a The Wrap. "Nuestra esperanza realmente era solo decir que la concentración de Leeza en su sangre había comenzado a retroceder, que iba a estar bien. No queríamos que se confirmara nada sobre el ángel, de esa manera nunca se puede matar el fanatismo. Siempre volverá".
