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Hace catorce años ya del final de ‘Los Soprano’, auténtico mito televisivo, pie de una cadena que engrandecería los sueños de lapequeña pantalla que, por aquel entonces, aún se anunciaba bajo el lema “No es televisión, es HBO”. Catorce años desde ese último episodio y parece que, finalmente, hemos podido llegar al consenso de que el final de la serie, ese corte a negro, era un gesto expresivo más que digno para cerrar el retrato de Tony Soprano.
En una entrevista con Hollywood Reporter, se preguntó a David Chase por una charla que mantuvo, en 2018, con los responsables de The Sopranos Sessions, Matt Zoller Seitz y Alan Sepinwall. Zoller Seitz y Sepinwall habían charlado con Chase acerca del uso de la canción "Don't Stop Believin" y el corte a negro que ponía fin a la historia del padre de familia y mafioso más emblemático del principio de siglo. En aquel entonces, Chase les había respondido: "Bueno, tenía esa escena de su muerte pensada desde hacía cuatro años".
A eso lo llamamos nosotros "irse de la lengua". El paralelismo que se había intuido popularmente entre el corte y la muerte de Tony Soprano quedaba confirmado. Tras el negro venía la nada. En la entrevista con HR, el creador de la serie había continuado especificando: "La escena que tenía en mente no era exactamente esa. Ni siquiera había pensado en cortar a negro. Tenía una escena en la que Tony volvía en coche de una reunión en Nueva York. Al principio de cada programa, él iba desde Nueva York a Nueva Jersey, y la última secuencia podía ser de él volviendo desde Nueva Jersey a Nueva York para una reunión en que lo iban a matar".
El final alternativo se le ocurrió "mientras conducía por Ocean Park Boulevard, cerca del aeropuerto, y vi un pequeño restaurante. Era una especie de barraca donde se servían desayunos y, por alguna razón, pensé: 'Tony debería entrar en un sitio como este'. ¿Por qué? No lo sé. Esto había pasado, como, dos años antes". Definitivamente, el motivo por el que Chase llegó a ese magnífico corte final es tan poco épico como el final en sí, pero ayuda a entender una serie que nunca trató de dibujar un destino guiado por la moralidad (ni mucho menos).
De hecho, el creador se muestra molesto por el hecho de que "nadie prestó atención al último episodio. No, era todo sobre el final". Realmente, el mismo Chase confiesa haberse sorprendido por el impacto que tuvo ese final sobre el público de la época: "¡Acababan de poner una bomba en Londres! Pero nadie hablaba de eso, hablaban de 'Los Soprano'. Eso me resultaba increíble. Pero no tenía ni idea de que causaría tanto alboroto. ¿Me molestó? Lo que realmente me mosqueó fue cuantísima gente quería ver a Tony muerto. Eso me molestó".
El showrunner se explica: la gente quería confirmación, no intuición querían cerciorarse de que Tony había fallecido: "Querían poder confirmar que moría. Querían verle caerse con la cara dentro de sus linguini, ¿sabes? Y yo solo pensé, 'Dios, habéis seguido a este tío durante siete años y, ya sé que es un criminal, pero no me digáis que no lo queréis lo más mínimo, no me digáis que no estáis de su parte ni que sea de alguna forma. ¿Y ahora queréis verle asesinado? ¿Queréis justicia?". Chase, siempre ácido y elegante, remataba con un "Entonces, los criminales sois vosotros, por haber visto esta mierda durante siete años".
Especialista en películas de estreno y series de actualidad, festivales internacionales y todas las novedades de cine de autor. Se graduó en Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra, en el área de Análisis y crítica.
Lleva seis años escribiendo reseñas y cubriendo noticias en Fotogramas, es la firma semanal de cine en Tot és Comèdia de SER Catalunya y Va de Cine de Radio 4, y colabora regularmente en Gara, El Cultural y SensaCine desde el festival de Cannes, Venecia y Berlín. Se ha colgado la medallita por ser la segunda persona de España en recibir el distintivo Berlinale Talents como periodista.
Le apasionan las series (habla de ellas en Plaça Tísner de Betevé) y el anime, del que escribe en Serielizados y al que da vueltas en el podcast Sopa de Miso, de la misma revista. Podréis leer sus artículos sobre videojuegos indie en la revista LOOP, de GameReport, y ha publicado un capítulo en el libro “Pier Paolo Pasolini. El grito que no cesa” (Semana Internacional de Cine de Valladolid y Caimán, cuadernos de cine, 2022).
Es parte del comité de programación del Festival l’Alternativa de cine independiente de Barcelona, para quienes también lleva la prensa. Desde el año pasado, programa películas sobre vino en el Festival Most. Le veréis como participante y coordinando actividades educativas alrededor del cine, en colaboración con ciclos, festivales y escuelas como La Casa del Cine o ESCAC. Hoy se gana el sueldo, también, como docente de Narrativa Audiovisual en el Grado de Videojuegos de la Universitat Politècnica