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Este artículo no contiene spoilers de 'Caballero luna' y se basa en los episodios 1-4
Como estamos acostumbrados, la mayor parte de las reacciones en redes sociales alrededor de 'Caballero luna' tras su estreno fueron muy entusiastas. Con el tiempo y más visionados, y el espacio para exponer opiniones más allá de un tweet de 280 caracteres, esas opiniones se volvieron un poco más reflexivas y matizadas. Digital Spy le dio a la serie tres estrellas, destacando la destreza actoral de sus protagonistas Oscar Isaac y Ethan Hawke, pero deseando que pudiera haber sido algo más. O, quizás, algo menos.
'Caballero luna' ha sido descrita por Marvel como un evento de seis episodios, no una serie de televisión, lo que efectivamente le da al equipo de dirección formado por Mohamed Diab, Justin Benson y Aaron Moorhead seis largas horas para profundizar en la rica historia del personaje y la mitología en la que se basan sus poderes.
El problema es que, después de cuatro horas, no se ha examinado lo suficiente esa historia. Diab y el guionista Jeremy Slater han prometido a quienes, por ejemplo, se preguntan si 'Caballero luna' explorará la historia judía de Marc Spector que solo tenemos que esperar hasta el final y estaremos encantados. Para aquellos que esperan ver con qué sensibilidad se maneja el trastorno de identidad disociativo, es probable que tengamos que esperar cinco (si no las seis completas) horas. Estas dos facetas de la personalidad de Spector, sin embargo, son su columna vertebral. Se le describe ante todo en casi todas partes como un mercenario judío-estadounidense con trastorno de identidad disociativo.
Hasta ahora, la serie ha pasado la mayor parte del tiempo con Steven Grant, la otra personalidad que vive en el cuerpo de nuestro héroe titular. Grant, al menos, no parece judío (ni en costumbres, hábitos, nada dicho o vestido, ni lenguaje), a pesar de la reciente revelación de Oscar Isaac de que estudió comunidades judías en el noreste de Londres para modelar su acento (por cierto, a pesar de su nombre, Isaac no es judío).
Lo que hemos visto de Marc tampoco ha revelado nada particularmente judío todavía, ni siquiera el atajo más fácil: un collar con la estrella de David. Si Marvel hubiera decidido cambiar los cómics, o simplemente dejar de lado cualquier afiliación cultural y/o religiosa, esa sería otra historia por completo (aunque, como suele ser el caso, los personajes con ausencia de significados religiosos a menudo se ven a través de un lente cristiano-normativa).
Además, todavía tenemos que comprender completamente la herida emocional del pasado que ha dividido su mente en dos. Hay todo tipo de trastornos disociativos, la mayoría surgen de la mente que busca una forma de sobrellevar el trauma.
No es necesario anunciar a bombo y plantillo un momento tan fundamental en el desarrollo de una persona, pero incluso en los momentos más íntimos con su ex esposa, o incluso aquellos con el dios de la luna Konshu que acecha la mente de Marc, no podemos vislumbrar ni insinuar nada más allá de los guiños bidimensionales a algo insondablemente trágico. En todo caso, el cambio entre personalidades se usa más a menudo (¡no siempre!) como escenario para una broma que como una mirada al alma del personaje.
Después de cuatro horas vistas por una servidora, todavía no hemos comenzado a unir esas piezas del rompecabezas para que podamos tener una imagen más clara y comprender mejor al personaje. Después de todo, el mismo Isaac consideró a Caballero Luna como un estudio de personaje. Pero cuatro de las seis horas se han dedicado a macGuffins y travesuras varias.
Lo que nos lleva a la pregunta que nunca pensamos que haríamos: ¿Debería haber sido una película de Marvel en lugar de una serie?
Los cines se han venido inundando con Marvel y películas asociadas a Marvel durante años, tanto que es difícil encontrar películas más pequeñas, pero aún con la etiqueta de éxito de taquilla. Nunca pensamos que estaríamos clamando por una de esas, pero aquí estamos.
Con una duración ajustada, uno debe verse obligado a renunciar a ciertas cosas. Y en este caso, es la comicidad que Marvel usa constantemente lo que socava sus lo más emocionalmente relevantes.
La vida está compuesta por sombras de luz y oscuridad, tragedia y humor, y el mejor cine y televisión hace uso de esa dicotomía para ilustrar verdades universales y provocar empatía en los espectadores. Con todo este espacio para respirar, 'Caballero luna' hace ping-pong entre los dos sin nunca conectarse en un todo centrado y con los pies en la tierra.
Irónicamente, a la serie parece faltarle un sentido de identidad. Una limitación de tiempo podría haber obligado a los encargados a ser más perspicaces sobre lo que realmente importa para el desarrollo de la historia y sus personajes.
