Borrón y cuenta nueva para la franquicia de zombis más famosa de la televisión. 'The Walking Dead' terminó el año pasado con un final bastante descafeinado, pero su objetivo real era demostrar que no estaba muerta (estaba de parranda) y que todavía le quedaba mucho que decir aunque no fuese con nuevas temporadas de la serie original. En su lugar, AMC planteó expandir su universo a base de spin-offs centrados en aventuras concretas y con menos personajes, siguiendo la estructura de varias miniseries como hace Disney+ con Marvel o Star Wars. ¿Su primera parada? 'The Walking Dead: Dead City' o, lo que es lo mismo, Maggie y Negan de viaje por Nueva York, ficción que acaba de estrenarse en AMC+ y que consta solo de seis episodos.

La extensión reducida de esta historia amortigua una de las mayores losas que le pesaban a 'The Walking Dead': que aquello seguía y seguía ad infinitum y que no había un destino al que llegar, narrativamente hablando. Aquí, en cambio, hay más concreción y eso es de agradecer, aunque tampoco podemos volvernos locos y tirar las campanas al vuelo porque esta serie es, en esencia, lo mismo que la anterior aunque algo más depurada. Veremos zombis, por supuesto, y por momentos de formas más originales de lo que aparecían en la última etapa de la serie madre, y tendremos peligros y villanos nuevos que harán que los dos protagonistas las pasen canutas en una nueva localización.

Los dos al frente son los archienemigos Maggie y Negan (nuevamente interpretados por Lauren Cohan y Jeffrey Dean Morgan), que siguen odiándose en el arranque de la ficción —motivos no le faltan a ella para hacerlo—, pero que tendrán que limar asperezas para lograr un objetivo común. La comunidad de Hilltop es atacada y Hershel, el hijo de Maggie, es secuestrado por un tipo conocido como El Croata, interpretado por Željko Ivanek, conocido por haber interpretado a un puñado de villanos y personajes de dudosa moral con anterioridad en series como 'Dañor y perjuicios', 'Oz' o '24'. Y resulta que este personaje tiene una conexión con Negan, de modo que para Maggie unirse a él será la mejor forma de llevar hasta el captor de su hijo. Y así, los dos parten para Manhattan.

No serán los únicos, claro está, en este nuevo escenario: encontrarán algunos aliados por el camino y también gente que les atacará, además de un segundo antagonista llamado Armstrong (Gaius Charles), un hombre que parece sacado de un western y que quiere la cabeza de Negan. El otrora dueño del bate Lucille se encuentra así dentro de una ratonera: tiene que cruzar Nueva York para encontrar a Hershel y, a la vez, es el hombre más buscado de la ciudad. Una ciudad, por cierto, que a priori resulta incomprensible que sigan existiendo comunidades de supervivientes, pero 'The Walking Dead: Dead City' no rehuye de explicar y justificar cómo es posible la vida allí y qué situación, más o menos lógica, es la que allí se da, con unos ciudadanos convertidos casi en personajes de 'Mad Max'.

Asimismo, Manhattan resulta un soplo de aire fresco para la marca 'The Walking Dead', aunque como pasaba en la serie principal, queda la sensación de que no se termina de explotar todo su potencial y siempre hay una distancia entre lo que la ficción ofrece y lo que pudo haber sido con algo más de presupuesto, mimo y espectacularidad. Con todo, 'The Walking Dead: Dead City' puede ser una oportunidad para reconciliarse con la franquicia de zombis ahora que ha dejado atrás las agónicas tramas estiradas hasta el aburrimiento y ha encontrado foco y concreción. Ciertamente, Maggie y Negan, sobre todo ella, siempre tuvieron más que dar y aquí pueden demostrarlo: centrarse en dos personajes les da mucha más oportunidad de brillar y ellos, ya duchos en estos personajes, la aprovechan.

Headshot of Álvaro Onieva

Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y 'Chicago' me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, "me tenían que dar una subvención por la alegría".