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'El juego del calamar' destaco por su crítica capitalista y su feroz mirada hacia la sociedad del espectáculo... O eso querríamos pensar, porque su enorme éxito en Netflix le acabo dando la vuelta a todo. El mejor ejemplo del fracaso de la denuncia social de la serie coreana tiene la forma de un reality del mismo nombre que la propia Netflix ha llevado a cabo. Eso sí, tenemos que admitirle a la plataforma que, al menos, respetaron el carácter del reality ficticio a la hora de llevarlo a cabo en la realidad. Que si olas de calor, que si los concursantes utilizaron condones para combatir el frío... En los labios, no seáis mal pensados. Es un poco como si la promoción de Oppenheimer hubiese lanzado una bomba atómica en Japón para promocionar el estreno de la película.
Aquí, eso sí, parece que nadie ha muerto. Pero el problema es tampoco ha cobrado nadie. Y eso, teniendo en cuenta cómo lo han pasado los desesperados 456 concursantes, está bastante feo. El episodio final se emitió a principios de semana en la plataforma, pero lleva grabado bastante tiempo más. Sin embargo, la jugadora 287, Mai Whelan, todavía espera cobrar el premio de 4,56 millones de dólares.
En una entrevista para The Times, Whelan reveló que no ha recibido el dinero, pese a que la filmación del reality terminó a principios de año y, con la emisión, ya ni siquiera hay riesgo de filtraciones.
Me siento como Tom Cruise en 'Jerry Maguire'. "Show Me the Money!"
También recalcó que, teniendo en cuenta esos ingresos se gastó un buen dinero en un vestido de diseñador precisamente para un evento de Netflix. Nosotros esperamos que le paguen rápido, algo que al menos sí que hacían bien en el reality ficcional.
En el episodio final Mai se enfrentó a Sam (jugador 16) y Phill (jugador 451). Lo cierto es que, aunque según estas palabras todavía no ha recibido el premio, en dicha batalla logró el que hasta ahora es el premio en metálico más alto de la historia de los realities. Esto dijo tras lograrlo en lo que, para ella, fue hace meses:
El día de hoy simplemente valida que todo es posible. Incluso cuando te sientes deprimido y asustado, tienes que levantarte, ser una persona fuerte y concentrarte.
Más allá de vestidos de diseñadores para eventos especiales (el precio de la fama), Mai afirmó lo siguiente cuando le preguntaron qué significaba su premio. Hablando sobre lo que planeaba hacer con el dinero del premio una vez que lo reciba, agregó que quería recordar la importancia de las causas benéficas. En declaraciones a PA la ganadora afirmó, sin concretar demasiado, que iba a donar (o al menos parte) a causas benéficas.
Esto bueno porque me gustaría darle voz a mi causa, esa es la razón principal por la que me uní al juego, para ayudar a una causa, así que ahora que he ganado tengo una plataforma para decirle al mundo que ayude a los desfavorecidos. Educar a los niños y garantizar que se cuide a los ancianos porque, cuando estás en un país pobre, los niños no tienen educación y tampoco nadie la atención médica.
Netflix, por su parte, ya ha confirmado que el reality de 'El juego del calamar' ha sido un éxito y que veremos nuevas ediciones en el futuro. Esperamos que no las hagan más realistas y que, de hecho, se cuide más y mejor a los concursantes. Nadie debería pasarlo a cambio de luchar por un dinero para beneficio de un espectáculo.
Como sabemos que, pese a todo, esos cuatro millones y medio de dólares son muy tentadores, os dejamos el anuncio de Netflix de la segunda edición. Va acompañado de un link para aplicar poder participar y formar parte de los 456 próximos concursantes. Allá vosotros...
Os recordamos que todos los episodios tanto de 'El juego del calamar' como del reality están disponibles en Netflix.

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática. Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes. Tras 8 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino. Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación. Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.