- Las 10 mejores series de Movistar Plus+ de 2024 y las más esperadas
- Las 10 mejores películas de 2024 en Movistar Plus
- Las 10 mejores películas españolas de 2024 en Movistar Plus+
Movistar Plus+ iniciará su año 2025 en cuanto a series apostando por la comedia. Para ello, estrenará la serie 'La vida breve', con Javier Gutiérrez y Leonor Watling, así como la segunda temporada de 'Muertos S.L.' de los hermanos Caballero (responsables también de 'La que se avecina' o 'Machos alfa') en el primer trimestre del año. Tras una primera tanda de ocho episodios que asentó las bases de esta ficción ambientada en una funeraria, la siguiente promete ser aún más loca y divertida que la anterior.
Suscríbete ahora a Movistar Plus+ por 9,99€/mes
En ella veremos a Amaia Salamanca, junto a compañeros como Carlos Areces, Adriana Torrebejano o Salva Reina, encarnando a un personaje, Vanesa, que poco a poco irá ganando más espacio. Con la actriz hemos hablado sobre el reto que le ha supuesto hacer comedia, sobre el tema de la serie, la muerte, o sobre cómo cambia la mirada de la industria hacia las actrices a medida que cumplen años.
Cuando te llaman los Caballero para hacer una comedia, ¿qué se siente?
Responsabilidad absoluta, miedo, "yo no sé si voy a ser capaz de hacer esto", "yo no sé si soy cómica".... Sientes todo tipo de cosas. Yo veía que todos los personajes estaban tan bien dibujados, con un elenco estupendo, y yo que nunca había trabajado con los Caballero, pues sí, me daba miedo, pero también es retador. Había estado en otros proyectos antes que también eran comedia, pero siempre como de acompañante. De mujer del que era gracioso, por decirlo de una manera. En este caso, en cambio, este personaje no existe para acompañar a nadie, tiene mucha autenticidad y quieren ir desarrollándolo.
¿Qué estás descubierto de esa Amaia Salamanca cómica?
Descubierto, en realidad nada, porque son cosas de mí que yo conozco. Soy tímida de inicio y me cuesta cuando estoy en un equipo nuevo. Hay gente que se presenta en un set y notas que tiene como ese desparpajo desde el principio, pero a mí me cuesta, me da mucha vergüenza. Hasta que no conozco a todo el mundo no me abro. Pero las personas que me conocen bien me suelen decir: "Amaia, eres muy cómica, pero eso nunca se ha visto". Y es verdad, pero lo hago cuando hay una conexión muy importante con la gente que tengo alrededor.
Entonces, en tu vida diaria eres de chistes, de hacer el tonto...
Sí, yo soy de humor negro. Se me ocurren siempre barbaridades, pero las suelto solo en petit comité.
Por ahora hemos visto poco de tu personaje en 'Muertos S.L.', ¿qué podemos esperar de ella?
Vanesa tiene un enfrentamiento con el personaje de Carlos Areces, Dámaso, y siempre está con tejemanejes para que desaparezca la funeraria o para seguir escalando posiciones, aunque es un personaje pensado a largo plazo. Ahora que estamos rodando la tercera, va adquiriendo más protagonismo. En esta segunda temporada me he sentido más cómoda porque he ido encontrando también cositas para definirlo mejor, porque en la primera tenía poquitas secuencias y me costaba más. Estoy dejándome llevar por Laura Caballero, que es quien dirige los capítulos, porque tienen clarísimo como quieren hacer comedia. Llevan toda la vida, son los reyes. Cuando me mandaron los guiones ya me reía y eso es muy difícil. Para mí es una master class.
¿Con quién estás haciendo más tándem cómico en los capítulos que todavía no hemos podido ver de 'Muertos S.L.'?
La serie es muy coral y eso es muy divertido. Cuando nos juntamos todos y tenemos esa secuencias corales, yo creo que la directora lo odia porque somos como un patio de colegio. No paramos de hablar y de hacer un poco imbécil entre todos. Pero en esta segunda temporada Vanessa de repente tiene una relación sentimental inesperada que yo cuando lo leí me quedé a cuadros. Y, aparte, con Dámaso.
¿Cómo llevas el tema de la muerte, que es el gran tema de la serie?
Mal. Sobre todo porque pienso "pero si estamos bien...". Me considero muy afortunada y estoy en un momento de bienestar. Si estás trabajando, tienes salud, somos una generación que tenemos los caprichos que queremos, viajamos... Es todo tan bello que piensas: "No me quiero ir, ¿por qué?". Ahora que le estoy cogiendo el tranquillo, no me quiero ir a ningún lado. Y está ese miedo a que no haya nada más allá. Eso es lo bueno de aferrarse a una religión o algo así, que hace que no pienses tanto la muerte o que creas que simplemente es una transición a algo que te espera más allá. Pero si no eres...
Estar en la serie, rodeados de féretros, con la muerte muy presente, ¿te ha cambiado un poco la perspectiva o te ayuda a relativizar?
Yo era de las que no iban ni a los tanatorios, ni a los funerales, ni al cementerio. No he estado en esos momentos si ha habido un familiar que por desgracia ha fallecido porque no era capaz. Era algo que me creaba mucha ansiedad y mucho dolor. Luego, por otro lado, digo: "Bueno, imbécil, no eres única. A todo el mundo le causa dolor". Antes no podía ni acercarme a un ataúd y ahora vamos por las mañanas y es: "Venga, el pase de texto hoy es en la sala de los ataúdes". Estás rodeada de ataúdes y de coronas y lo llevas de otra manera, y te ríes, pero cuando me toque de verdad creo que seguiré siendo igual de sensible.
¿En qué punto consideras que estás de tu carrera?
Estoy con muchas ganas de trabajar y hacer distintos proyectos. Bueno, siempre un poco con la sensación de que te vas haciendo mayor y que te van olvidando. El fenómeno fan va pasando, la gente ya se va olvidando un poquito de ti y vamos todos cogiendo una edad. Piensas: "Ya no me van a querer, ya no me van a llamar..." y tienes siempre esa duda, pero mis ganas de trabajar siguen ahí.
¿Cómo has vivido pasar de hacer de protagonista en series como 'Gran hotel' o 'Sin tetas no hay paraíso' a que te pidan hacer de madre en otras?
Hace poco hice una prueba para un proyecto de época. Y justo era una época parecida a la de 'Gran Hotel'. En aquel momento yo tenía la trama de romance, y ahora, hablándolo con una amiga le dije: "Es que he hecho la prueba para ser el personaje de Adriana Ozores", para ser la madre de los que tienen la trama amorosa. Ya he pasado a esa generación.
Que, en realidad, tú eres madre, aunque sigues siendo joven.
Sí, pero me ponen de repente como de madre de niños adolescentes. Nunca me han visto como madre de niños pequeños...
¿Eso repercute en que los personajes empiezan a ser menos interesantes y más secundarios?
Sí que pueden ser más secundarios, pero eso por un lado también me gusta. A veces creo que los secundarios no son tan estereotipados porque no son lo que se espera del principal. Pueden ser muy agradecidos. Y no me puedo quejar. Esta primavera hice una peli de terror, que era un género que no había hecho nunca, y de repente estaba ahí con sangre y haciendo como de fantasma... me pareció muy divertido.
¿Qué nos puedes contar de ese proyecto?
Es 'El árbol y el ruiseñor'. con Eduardo Noriega, que dirige Miguel Ángel Lamata. Va sobre una cantante que se enamora de un hombre que tiene su familia, así que ella se ahorca en el árbol de su casa y se queda como fantasma para vivir ahí y hacerle la vida imposible. Fue interesante pensar "Vale, soy un fantasma" y ver cómo meterme en el personaje.
Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y 'Chicago' me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, "me tenían que dar una subvención por la alegría".