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La búsqueda de las mejores series del año es uno de los deportes favoritos de quienes escribimos sobre ello. No solo buscamos hacer listas con las que atraer lectores a nuestros respectivos artículos, sino también ayudar a estos a separar el grano de la paja, no perder el tiempo con subproductos que hemos tenido que ver por oficio y señalar cuáles sí merecen la pena mirar, atender y debatir. Después del triunfo de 'Querer' como la mejor serie de 2024 en el TOP 10 de la redacción de Fotogramas, y en esa búsqueda incansable, a veces resulta demasiado pronto para lanzar las campanas al vuelo y otras no: aunque todavía no hayamos concluido el mes de marzo, ya tenemos entre nosotros una de las mejores series españolas de este 2025.
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A decir verdad, no son pocas las ficciones nacionales que han visto la luz en los primeros compases del año: hasta hoy se han estrenado un total de nueve (comedias, thriller, un policial, un remake teen o el cierre de la inefable 'Valeria', entre las propuestas), con una más pendiente para este mes de febrero y muchas otras en los meses venideros. Y todas esas nuevas contendientes al título de la mejor serie española tendrán que vérselas cara a cara con la que hoy nos ocupa: 'La vida breve', de Movistar Plus+.
Es el siglo XVIII y el rey de España, un francés, Felipe V, está a punto de hacer algo impensable: abdicar al trono. Es una situación sin precedentes, pero el monarca se siente exhausto hasta el punto de sufrir delirios y a la corte no le queda otra opción que aceptar su petición. Aun sin la muerte del rey, habrá sucesión y la corona pasará a su hijo, Luis I, un muchacho noble, pero bastante corto de entendederas, a quien además habrá que casar casi de urgencia para que pueda desempeñar su cargo.
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De este problema real (en sus dos acepciones), parte 'La vida breve', una propuesta de género híbrido que firman Cristóbal Garrido y Adolfo Valor ('Reyes de la noche', 'Días mejores'), que también establece una promesa desde su concepto: Luis I no durará mucho en el trono, pues fue el rey más efímero de la historia de España. Poco más de siete meses. 229 días, concretamente. O seis capítulos, en el caso de esta ficción sobre su corto recorrido como monarca.
Con un presupuesto que nada tiene que envidiar a los mejores dramas de época para retratar la opulencia palaciega —adentrándonos, gracias a Patrimonio Nacional, en los palacios de Aranjuez y La Granja—, la serie es eminentemente cómica gracias a las situaciones absurdas que acontecieron en este periódico histórico, algunas de esas que de tan hilarantes pareciesen inventadas, y de un guion y montaje frenéticos que llevan al espectador de una escena a otra, con ritmo presto pero no aturullado, y algunos one-liners con cierta mala baba.
Pero aunque en primera instancia se pudiera leer la serie como una carta contra la institución monárquica, retratando a unos reyes patéticos y con más defectos que virtudes, en realidad, es en la empatía con la que mira a sus personajes donde está su mayor virtud. La comedia de 'La vida breve' funciona como un reloj, pero cuando traspasa la carne y toca constantes vitales es cuando se engrandece. Y gran parte de ese mérito está en el cuarteto protagonista.
Carlos Scholz, como Luis I, está perfecto como ese rey bobo e ingenuo al que todo le viene grande, pero con deseos de cambiar las cosas y un talante positivo que hace que, por palurdo que sea, sea imposible no sentir ternura hacia él. Del mismo modo, su padre en la ficción, Javier Gutiérrez, no se queda en la capa más superficial de la locura del rey que ve ranas que no existen, sino que refleja la profundidad del dolor que siente, el peso de la responsabilidad, el agotamiento absoluto. Pocas veces ha estado tan sublime un actor de por sí portentoso.
Y tampoco se quedan atrás las dos actrices que completan el reparto principal. Por un lado, Alicia Armenteros como Luisa de Orleans, con una mirada limpia que mira la corte con la misma perplejidad con la que lo hace el espectador, pero también en rebelión por tener que tragarse un matrimonio que ni le va ni le viene. Y, luego, Leonor Watling como una Isabel de Farnesio que va más allá del cliché de arpía que mueve los hilos de su marido; es una mujer capaz que no está dispuesta a que todo se desmorone por la incompetencia ajena.
Junto a dos titanes como son Gutiérrez y Watling, que precisan cada pensamiento o sentimiento de sus personajes con un solo gesto y que se mueven con fluidez entre drama y comedia, Scholz y Armenteros no se hacen pequeños, al contrario. Y, a su alrededor, un elenco igualmente brillante, entre los que podríamos destacar a Héctor Carballo o Bastien Ughetto, por citar algunos.
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Todo ello conforma de 'La vida breve' una propuesta deliciosa, tierna, triste a veces, profunda, pero, como decíamos antes, sobre todo divertida. Si me dejan fabular, incluso diría que 'La vida breve' podría ser la serie favorita de la reina Letizia. Me la imagino viendo a Isabel de Farnesio intentando mantener el barco a flote y asintiendo con la cabeza (inserte aquí el meme de "buah, es que soy yo literal"). Pero, también, viéndose reflejada en la soledad que padecen los monarcas, aunque los separen varios siglos.
Así, todavía es pronto para decir cuál es la mejor serie española de 2025, pero no nos equivocamos si afirmamos, ya, que 'La vida breve' estará bastante arriba en los rankings. Está por ver si 'La canción' y 'El centro', también de Movistar Plus+, 'Su Majestad' y 'Punto Nemo' de Amazon Prime Video, 'Legado' y 'Superstar' en Netflix o 'Ena' de RTVE, entre otras, desbancan a esta comedia borbónica del podio. Desde luego, se lo han puesto difícil.
Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y 'Chicago' me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, "me tenían que dar una subvención por la alegría".