No ha terminado el mes de febrero y ya tenemos una de esas grandes decepciones seriéfilas que de cuando en cuando nos sobrevienen. En Netflix, en este caso. Y es que su nueva serie 'Día cero', recién estrenada, resultaba de lo más prometedora: un thriller político con un elenco de estrellas: con Robert de Niro como protagonista, pero a su alrededor gente como Jesse Plemons, Angela Bassett, Lizzy Caplan, Connie Britton o Dan Stevens. Y cuando uno ve semejante cartel, se espera que el dinero esté bien invertido. Y no, no es la gran serie de 2025 que estábamos esperando.

Ese "día cero" del título se refiere a la premisa high concept que la ficción trata de establecer: un ciberataque paraliza la infraestructura electrónica de Estados Unidos, dando lugar a fallos en transportes, hospitales o comunicaciones. Aunque el apagón dura solo un minuto, es tiempo suficiente para provocar miles de muertos y generar el pánico en toda la nación, ya que los hackers han dejado un mensaje que advierte que volverá suceder.

día cero serie netflix
JoJo Whilden//Netflix

Y ante esa amenaza, el gobierno (con una presidenta, el personaje de Basset, un poco mema) establece un gabinete de crisis que puede saltarse a la torera la Constitución de EEUU, una medida que, subrayan, no se tomó ni siquiera tras el 11-S, y hacer "lo que haya que hacer". ¿Y a quién ponen al cargo? Pues a Robert de Niro, claro. O su personaje, George Mullen, un expresidente magnánimo que cuenta con la simpatía de norteamericanos a un lado y el opuesto del espectro político. Él, ya jubilado, acepta a regañadientes ante el consejo de su esposa: nadie debería tener tal poder, así que al menos que lo ostente una buena persona. Y ahí que se mete.

dia cero serie netflix
Netflix

A partir de entonces, y con un supuesto golpe de efecto al final del primer episodio (que no lo es tanto), la serie sigue a Mullen en su investigación del ciberataque, con sospechas iniciales de los rusos, cómo no. Así, nos vamos dando cuenta de que 'Día cero' es lo que vendríamos a llamar, desde aquí y coloquialmente, "una americanada": con su héroe dando discursos sentidos a la nación, con sus malos malvadísimos en la sombra, poco matizada y, también, poco actualizada. Y, peor aún, instalada en una equidistancia ridícula: nos vende a este expresidente como la figura capaz de calmar la polarización política, pero es incapaz de señalar las causas de esta. Quiere, sin disimular ni una pizca, ser un thriller político apolítico.

dia cero serie netflix
Netflix

La experiencia de ver 'Día cero' se torna más irrisoria si atendemos al contexto real del país: en una situación con un líder político como Trump que, sin entrar en valoraciones ideológicas, está actuando con mano de hierro contra quienes no están de su lado, observar esta idea del presidente modélico y de la nación líder del mundo libre lo único que provoca es que arqueemos las cejas hasta que casi se nos salgan de la cabeza. Si bien no es una serie a la que podamos pedirle un diálogo con la realidad, tampoco tenemos que pasar por alto lo simplona que es en su planteamiento.

dia cero serie netflix
JoJo Whilden//Netflix

Dejando eso a un lado, 'Día cero' tampoco logra brillar en otros aspectos: la trama avanza de forma lenta y la investigación es torpemente desarrollada, mientras que los personajes no tienen un desarrollo interesante. Ni siquiera ver a Robert de Niro supone un espectáculo por el que merezca la pena pasar por el aro: está correcto, cómo no, pero desde luego no será un papel por el que le recordaremos. Tampoco su dirección ni su fotografía de tonos fríos suman algo al resultado final.

La gran pregunta que nos acompañará en el visionado de la serie no es si el personaje de Robert de Niro cumplirá su misión o quién está detrás del ciberataque: lo que no dejaremos de preguntarnos es cómo engañaron a tantos actores de primer nivel con un guion tan flojo.

Headshot of Álvaro Onieva

Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y 'Chicago' me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, "me tenían que dar una subvención por la alegría".